En 1862 Edwin Smith descubría en Thebes el documento médico más antiguo conocido hasta la fecha, presumiblemente escrito por Imhotep. En él aparecía la primera referencia a los tumores de mama y se menciona la inexistencia de cualquier tratamiento de cura.

​

  Fue Hipócrates (siglo V – a.C.), padre de la medicina, quien denominó a los tumores con la palabra griega kapkivoç (karkinos - cangrejo), porque su forma de extenderse se asemejaba a las patas de un cangrejo. Hipócrates también diferenció entre tumores malignos y benignos.

​

  Hacia el siglo II a.C. el médico y cirujano Leónides realizaría las primeras mastectomías. A comienzos del siglo XX comenzaron las pruebas diagnósticas efectivas, la mamografía. Veintiséis años después se aplicarían los primeros tratamientos hormonales y sería en la segunda mitad del siglo cuando se comenzó a administrar quimioterapia.

​

  De todas las fechas que recorren la historia del karkinos la más importante para mí es el 23 de diciembre de 2015. Ese día nuestra familia recibió un duro golpe. A Manuela, mi mujer, le fue diagnosticado un cáncer de mama. Ese mismo día decidí documentar el proceso por el que debía pasar.

​

  A la mala noticia se sumaría posteriormente una más, el tumor no era hormonal sino un Triple Negativo con un índice de proliferación celular del 95%.

​

  Puedes preguntarte por qué te ha tocado a ti o para qué te ha tocado. Tal vez es una gran ocasión para aprender de nosotros y conocernos mejor.

​

  Este trabajo muestra cómo lo hemos vivido en mi hogar y cómo se instala un nuevo modelo de realidad. Karkinos es sólo un ejemplo de lo que sucede cada vez en más hogares.
Karkinos Triple Negativo muestra ese otro lado del cáncer de mama que no suele verse en las campañas publicitarias basadas en el movimiento del lazo rosa. Porque el cáncer de mama no es tan rosa.

​

  No quiero marear con las cifras. Solo aportaré algunas. El último informe de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en el año 2012 se produjeron 14 millones de nuevos casos y se preveía un aumento del 70% en las próximas décadas. En 2012 se produjeron 8,2 millones de defunciones en todo el mundo por esta enfermedad.

​

  Según los datos de SEOM (Sociedad Española de Oncología Médica), realizado en el año 2016, se calcula que en el año 2020 se diagnosticarán, solo en España, 250.000 casos nuevos de cáncer. 100.000 de ellos en mujeres, siendo el cáncer de mama el de más incidencia entre ellas. Por estas razones no es un proyecto dirigido solamente a enfermos sino a toda la sociedad.

​

  Karkinos pretende hacer visible un tipo de cáncer de mama muy concreto, el Triple Negativo. Un tipo de tumor para el que desgraciadamente aún no existen los conocidos como “tratamientos diana” (fármacos personalizados para cada paciente), como ya sucede con los tumores hormonales y que ofrecen resultados muy positivos.

​

  Lograr conciencia social sobre algo desconocido siempre es difícil pero creo necesario intentarlo. Más allá de esto solo queda la utopía de dar un toque de atención a gobiernos y entidades privadas para aumentar los presupuestos y ayudas a la investigación de un modo ininterrumpido y la ampliación de los programas de detección precoz (screening), también en mujeres jóvenes. Esto sólo es posible haciendo visible el grave problema y el aumento paulatino cada año del número de afectadas y afectados.

​

  Mostrar el proceso desde dentro puede servir para ayudar a conocerlo y comprender mejor las diferentes etapas que hay que atravesar y de este modo, naturalizar una situación donde se produce un gran cambio físico y mental.

​

  Karkinos muestra el lado humano, íntimo y familiar de muchas de las mujeres enfermas de cáncer de mama, reflejado en el día a día de Manuela.

​

Esta enfermedad no es solo para hablar de ella el Día Internacional Contra el Cáncer. Hay personas que lo viven 365 días del año. 

​

Este trabajo no cambiará el mundo pero quizás sí cambie el de algunas personas.